Me he formado en psicología clínica, infanto-juvenil, familiar y forense y me acredita la pertinente habilitación sanitaria pero lo que más me ha enseñado ha sido el contacto con cada persona que ha confiado en mí. Gracias a ellas he comprendido que lo más valioso en terapia no es tener todas las respuestas, sino hacer las preguntas adecuadas, acompañar sin prisas y construir, poco a poco, el camino de salida.

Trabajo con adultos, adolescentes, niños y familias. Y también con profesionales que sienten agotamiento, jóvenes perdidos, madres desbordadas, personas mayores que arrastran silencios o miedos de toda una vida. Cada historia merece ser escuchada.

Creo firmemente en el poder de la palabra, pero también en el silencio, en el respeto por los tiempos de cada uno y en la posibilidad de volver a empezar. Y si estás leyendo esto, quizá ya has dado el primer paso.

Estoy aquí para acompañarte. Te escucho.