Ahora que la Navidad asoma a nuestras casas, muchos de vosotros estaréis en la vorágine de repasar las cartas que los más pequeños de la casa han redactado para los Reyes Magos con tanta ilusión. Otros esperarán que Papá Noel deje algún detalle en Nochebuena bajo el árbol de casa o dentro de los calcetines que cuidadosamente los peques habrán puesto con tanta emoción. Y también pensaremos si, otro año más, nuestros niños se van a ver envueltos en un mar de papeles, cintas, envoltorios y cajas de regalos. Apabullados por un sinfín de regalos a los cuales no van a ser capaces de sacarles el jugo porque no van a saber disfrutarlos. «Tienen demasiados», es la frase que más oigo a principios de enero. ¿Y cómo acertar? ¿Cuál es la cantidad justa para no pasarse ni quedarnos cortos? Aquí os dejamos unas pautas sencillas con las que podremos estar tranquilos ya que van seguir un criterio razonable:
– Algo que realmente deseen (EL regalo; lo que de verdad les hace especial ilusión)
– Algo que realmente necesiten
– Algo relacionado con la cultura (lectura, música…)
– Algo que les sirva (ropa, calzado, complementos…)
Esperamos así contribuir a poder ayudar a tantos padres y a tantas personas que se desaniman cuando ven que el niño ya no tiene ese brillo en los ojos delante de «otro regalo más». La Navidad no solo se basa en una multitud de paquetes envueltos. Recuperemos la ilusión. Hagamos que recuperen la ilusión.
La regla de los 4 regalos
Ahora que la Navidad asoma a nuestras casas, muchos de vosotros estaréis en la vorágine de repasar las cartas que los más pequeños de la casa han redactado para los Reyes Magos con tanta ilusión. Otros esperarán que Papá Noel deje algún detalle en Nochebuena bajo el árbol de casa o dentro de los calcetines que cuidadosamente los peques habrán puesto con tanta emoción. Y también pensaremos si, otro año más, nuestros niños se van a ver envueltos en un mar de papeles, cintas, envoltorios y cajas de regalos. Apabullados por un sinfín de regalos a los cuales no van a ser capaces de sacarles el jugo porque no van a saber disfrutarlos. «Tienen demasiados», es la frase que más oigo a principios de enero. ¿Y cómo acertar? ¿Cuál es la cantidad justa para no pasarse ni quedarnos cortos? Aquí os dejamos unas pautas sencillas con las que podremos estar tranquilos ya que van seguir un criterio razonable:
– Algo que realmente deseen (EL regalo; lo que de verdad les hace especial ilusión)
– Algo que realmente necesiten
– Algo relacionado con la cultura (lectura, música…)
– Algo que les sirva (ropa, calzado, complementos…)
Esperamos así contribuir a poder ayudar a tantos padres y a tantas personas que se desaniman cuando ven que el niño ya no tiene ese brillo en los ojos delante de «otro regalo más». La Navidad no solo se basa en una multitud de paquetes envueltos. Recuperemos la ilusión. Hagamos que recuperen la ilusión.
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